sábado, 29 de septiembre de 2012

Amanecer.


En distancias cortas
tampoco me has dejado
hundirme en el Mar
Esmeralda de tus ojos
ni he podido acallar
tus quejidos
con mis labios.
No podremos utilizar
el amor como castigo
ni cambiar minutos    
por esperanza.
No escribiré
sueños
en poesías inventadas
pero prométeme
que te irás
sin despedirte
con el amanecer
de cada mañana.