Me muestro ante tus ruinas,
borracho y desnudo
al tacto del viento
incorpóreo
que te roza.
Y como viento,
rehuyo
al son de
palabras de
amor
con indolencia.
Aprieta los dientes
y espera.
Pronto me iré
como brisa
de verano.
No te lo dije,
pero
no quiero
morir
asfixiado
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