Definitivamente
no te he visto de verdad:
he visto el viento,
he olido tardes eternas,
te rocé el alma
y viví entre tus piernas.
Solo te vi
cuando no te quise,
cuando eras tú
-y no yo-
la que se ausentó.
No soy odio
porque te odie
ni te odié
tanto como pensé.
Sólo porque te fuiste
-y no te he encontrado-
así dejaste mi mundo;
Definitivamente deshabitado.
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